En los últimos años el mundo de las nuevas tecnologías ha evolucionado a pasos agigantados. Nadie podía pensar hace veinte años todos los beneficios que nos reportarían o la cantidad de cosas que podríamos llegar hacer. Toda esta evolución tecnológica llevada a las empresas supone un crecimiento exponencial y haciendo un buen uso de ella, las oportunidades de negocio se verán aumentadas.
Quizás, algunos sientan cierta incertidumbre o preocupación sobre lo que se avecina, o mejor dicho, sobre lo que ya estamos viviendo, pues la forma de trabajar es muy distinta a la que estábamos acostumbrados. Sin embargo, como apuntan los expertos, el aprovechamiento de estas nuevas técnicas de trabajo y análisis serán fundamentales para la competitividad de las empresas.
En este mismo sentido, tenemos que hablar del big data y la importancia que conlleva tanto para las grandes empresas como para las pymes.
¿Qué es el big data?
Seguramente, ha oído hablar de este término. Fue acuñado por el informático John Mashey en los años noventa en su artículo Big Data and the Next Wave of Infrastress, pero ha sido en los últimos años cuando su significado ha tomado más sentido.
El big data no es más que hacer un uso masivo de todos los datos que se generan cada día y que obtenemos a través de diferentes vías para posteriormente almacenar, clasificar, analizar y compartir ese cúmulo masivo de información para conseguir ciertos resultados en beneficio propio. Es decir, de la gran cantidad de millones de datos que se generan cada día seleccionar aquellos que nos convienen y utilizarlos según unos objetivos.
Cada vez que pagamos con tarjeta en un supermercado, utilizamos las redes sociales o activamos el gps, estamos dando información sobre nosotros. Imagínese lo fácil que resultaría para una empresa crear un perfil digital de una persona con toda esa información. Eso es precisamente el big data. Es sinónimo de números, análisis y hechos.
Resulta difícil pensar la gran cantidad de datos que se producen en solo 24 horas. Por ejemplo, Google registra más de un billón de consultas, se hacen más de 10.000 transacciones con tarjeta de crédito por segundo, en Twitter se generan más de 250 millones de tuits, Amazon vende casi 120 millones de dólares, etc. Todo esto se traduce en información.
Si echamos la vista atrás, antes era el consumidor el que se ajustaba a lo que ofertaban las distintas empresas. Sin embargo, ahora es el propio consumidor el que decide qué quiere y cuándo lo quiere. Es ahí donde las empresas tienen que trabajar. Tienen que adelantarse a los consumidores y saber, incluso antes que ellos, qué necesitan.
Hay que tener en cuenta también que, aunque el uso adecuado de todos estos datos pueden ayudarnos a cumplir nuestros objetivos, el big data trabaja con información de personas por lo que la privacidad es un punto clave.
Esta evolución tecnológica está llevando incluso a la creación de nuevos perfiles profesionales especializados en la materia. De hecho, el especialista en big data es uno de los perfiles más demandados en e l mundo financiero y de la consultoría.
¿Es solo productivo para empresas tecnológicas?
Uno de los grandes mitos sobre el big data es que solamente las empresas tecnológicas pueden aprovecharse de sus beneficios. Esto no es cierto, ya que cualquier empresa puede usar este mecanismo para conocer mejor a sus clientes y así mejorar la relación con ellos, aumentar el volumen de ventas, atraer clientes a un punto específico, aumentar las visitas de una tienda online un día concreto de la semana, etc. Por ejemplo, grandes empresas no tecnológicas como Nike o Zara también emplean la estrategia del big data para sus productos.
Implantar el big data en una empresa no se hace de la noche a la mañana. Antes de todo, debemos de elaborar un plan para determinar sobre qué trabajaremos siguiendo básicamente estas líneas de actuación:
Establecer cómo conseguiremos esos datos de manera interna (leads) y cómo gestionaremos esa información.
Contar con las herramientas adecuadas y un personal especializado.
Identificar en qué área vamos a aplicar esa información y con qué objetivos (aumentar ventas, mejorar precios…)
Tener especial cuidado con la privacidad y el correcto uso de los datos.
¿Cómo puede ayudar el Big Data a mi empresa?
Hay una pregunta que muchas personas se hacen, ¿Cómo puede ayudar el Big Data a mi empresa?. Quizás no estamos siendo conscientes de los grandes avances de los que estamos siendo testigos. Hacer la compra de forma online, coches que conducen solos o máquinas capaces de predecir nuestros movimientos. Poco a poco nos vamos acostumbrando a estos cambios y sacamos ventaja de ellos, pero esto es solo una parte de lo que está por venir.
Gracias al big data podemos hacer un uso masivo de los millones de datos que se generan cada día y utilizar solamente aquellos que nos interesen. De esta forma podemos almacenar, clasificar, analizar y compartir la información generada en beneficio propio.

Todas estas mejoras traducidas y bien aplicadas al ámbito empresarial suponen nuevas oportunidades de negocios y una clara diferenciación sobre el resto. En primer lugar, la empresa deberá definir cuáles son los pasos a seguir dentro de los diferentes niveles de la organización. Por ejemplo, usando el big data se podrá saber cuáles son los gustos de los clientes y así poder adelantarse a ellos con una nueva línea de productos. Asimismo, podremos ajustar la demanda y la producción, minimizar riesgos o descubrir nuevos nichos de negocio.Ahora bien, no solo por utilizar big data en nuestra empresa todo será un éxito. Es cierto que para tomar decisiones correctas es necesario de disponer de toda la información que sea posible y que además sea objetiva, pero también dependerá de las personas interpretar esa información hacia un camino u otro.
Prueba de ello son los resultados obtenidos en la última encuesta anual sobre Big Data realizada por NewVantage Partners. Mientras que el 85% de los encuestados respondieron que tenían o habían ejecutado programas para orientar la empresa hacia una cultura centrada en datos, solo el 37% podrían mostrar resultados positivos.
Algunos ejemplos de big data aplicado a diferentes sectores
- Medioambiente: Imagine poder mejorar la calidad de vida de los habitantes de las ciudades mediante el análisis ambiental del entorno urbano gracias a la información recopilada por los satélites. Esto es precisamente lo que hace Green Urban Data, que trabaja en el contexto del Smart Environment y en el uso de la Green TI.
- Alimentación: uno de los mayores problemas con los que se lucha en este sector es el desperdicio. Con la ayuda del big data se podría solucionar fácilmente. Un buen uso de los datos puede ayudar a las organizaciones a determinar una producción de ciclos cortos y cantidades justas para satisfacer la demanda. Otra de las aplicaciones que el big data puede tener en este sector es en la previsión del mercado. Campofrío o Florette son algunos ejemplos de empresas alimenticias que ya usan el big data en sus instalaciones.
- Agricultura: el uso de esta tecnología da origen a la llamada agricultura de precisión. La información que recaban los satélites pueden ayudar a tener una visión y control completo de las tierras y determinar, por ejemplo, dónde se produce una infestación o un crecimiento anómalo. En este tipo de agricultura inteligente también se han incorporado mapas vectorizados del terreno para determinar qué proporción de productos agroquímicos hay que utilizar en cada zona y así evitar los tratamientos invasivos.
- Turismo: Uno de los casos más llamativos que hemos oído últimamente es el de la cadena hotelera Meliá, que ofrecerá un precio distinto a cada cliente que reserve una habitación en alguno de sus hoteles. Es decir se hace una hiperpersonalización de los productos según los clientes. Esta noticia se dio a conocer en el foro ‘Digitalización del sector turístico: Costa del Sol, destino inteligente’ en el que se habló sobre la búsqueda de un turista digital.
- Recursos Humanos: gestionar el capital humano de una organización es algo que requiere cualidades que una máquina no puede poseer, hasta ahí todo claro. Lo que sí puede hacer el big data para aplicarlo al departamento de recursos humanos es ofrecer recomendaciones basadas en datos para tener en cuenta criterios más amplios, datos que en ocasiones han sido recogidos a través de las decisiones de otros directivos en situaciones similares. En segundo lugar, también puede servir para personalizar los procesos de selección a través de datos sobre casos parecidos a nivel individual. De esta forma se tratará a cada individuo según sus cualidades y no como a un colectivo.
En definitiva, todos los expertos coinciden en que el big data, unido a la inteligencia artificial, son el futuro. La información es poder. Este dicho cobra ahora más sentido que nunca y para hacer frente a estos cambios, es necesario implementar nuevas tecnologías y nuevos métodos de trabajo para asegurarse de las posibilidades que ofrecen y lo más importante de todo, no tener miedo al cambio.